miércoles, 29 de abril de 2009

SONRÍA, LE ESTAMOS FILMANDO PARA GRAFICAR LA GRIPE PORCINA

Caminaba en el aeropuerto de Quito por una gestión y de relancina vi unos camarógrafos de TV filmando a cuanta persona –especialmente funcionarios aeroportuarios– usaba mascarilla de prevención de la gripe porcina. Pidieron para algunos de ellos usarlos en la boca para filmarlos ¿El objetivo? Tener imágenes para graficar en el noticiero ¿El efecto? Bueno, capaz no lo calculan, pero imagino que los miles de personas que no circularon por el aeropuerto, el momento que vean las noticias y observen que en su ciudad o a dos metros cerca de casa, ya no solo en México, hay el “riesgo” de contagiarse y morir, lo lógico es que entren en pánico.

La prensa y la industria de entretenimiento (cine) usada por los agentes de gobierno y Estado han servido para crear esas psicosis e histerias colectivas. Sucedió en Estados Unidos, el principal laboratorio de este tipo de afectaciones y donde el Estado ha conseguido que sus ciudadanos construyan subterráneos en casas para protegerse de bombas atómicas. O de que compren armas por doquier para defenderse de una eventual sublevación de marginales, delincuentes y comunistas. Con el efecto de cambio climático; con la destrucción de la capa de ozono; con la invasión de marcianos y musulmanes, etcétera, etcétera; y los Estados Unidos no desaparecieron. Pero los psicólogos se saturan de pacientes en pánico y con delirios y paranoias.

Luego del 11 de septiembre ese país quedó más vulnerable a estas histerias y más sensible; no olvidemos lo sucedido con los sobres de polvo de ántrax, que creó otra psicosis colectiva debido al boom mediático. Los noticieros generaron tanta información y especulaciones que solo forjaron más suposiciones y esquizofrenia: ¿Cuántos sobres con este polvito circularán en aeropuertos, correos, barcos, en calles y avenidas, en el metro, en lugares de concentración, etcétera, etcétera? Y ahora, eso es historia y anécdota de mal gusto. Bueno, menos para la única persona que falleció a causa de esto.

Dos años antes, por Internet se expandió la información de que por el cambio de siglo, la fecha 2000 no sería reconocida por millones de computadores y el registro de datos digitales colapsaría, y se perdería mucha información, con millones de dólares en pérdidas; que desaparecerían transacciones, archivos de documentos de Gobiernos y empresas alrededor del mundo; caos en rutas aéreas y máquinas manejadas por ordenadores, etcétera, etcétera. Pasó el 2000 y el fenómeno Y2K es una anécdota.

Obvio, hubo medidas preventivas en todo el mundo, pero sin hacer mayor escándalo y simplemente aprovechando del conocimiento humano y no con la expectativa, y espectacularidad que para llamar la atención, genera la prensa. Arma un discurso que solo debe generar sintonía por encima de la competencia. Entonces, por coyuntura puntual, vemos, leemos y escuchamos en los diversos medios un desfile de entrevistados invitados a hablar del tema; los “especialistas” que contribuyen a generar o aumentar las alertas y alarmas, por ende el pánico y la histeria colectiva. Quince minutos de fama o tres ya son buenos para la imagen de cada profesional, así sea un tema muy serio ¿Cómo negar una entrevista a un medio? ¡Imposible! Si como especialista “aparece”. Y eso nos pasa a todos.

Fue por la cadena CNN que esta noticia de la fiebre porcina en México comenzó a expandirse por Latinoamérica toda. Con la apertura del noticiero estelar, CNN se hizo eco de una decisión de las oficinas aztecas de salud pública. La noticia de inicio y como tal no causó mayor expectativa en los telenoticieros del resto de países que retransmiten esa red. Pero como la alerta y el tono discursivo del canal de noticias fue alarmando in crescendo, el efecto dominó comenzó; y como lluvia se esparció de ahí esta histeria no cesó.

Las salas de redacción comenzaron a olfatear los aeropuertos, oficinas de correos, toda información del cable que hable al respecto, los pronunciamientos oficiales y de médicos alergólogos. Desde México mismo los canales de noticias reproducen cuanta imagen sea posible de gente en la calle, iglesias, el metro, los parques, aeropuertos, estaciones de bus y tren, usando mascarillas. Y en muchos casos, calles vacías, discotecas desocupadas, iglesias sin fieles, oficinas cerradas… EL FIN DEL MUNDO.

OK, el éxito aquí es para los noticieros, tienen material. No duden que en muchos casos y países, esto forzó el pasó de página de otras coyunturas noticiosas, gracias a esta información. Si miramos al Ecuador de abril de 2009, el tema de la gripe suína bajó de nivel a noticias sobre la falta de resultados electorales definitivos, a la libertad otorgada al corrupto ex Ministro del Deporte, entre otras, que de una vez desaparecieron.

La prensa siempre (no “a veces”, siempre) olvida la triste anécdota de la radio novela La Guerra de los Mundos del autor inglés H.G. Wells cuya reproducción bien dramatizada de la invasión de extraterrestres en el mundo, generó justamente una histeria colectiva en la población, que cuando supieron la verdad, fueron encima de las radios. En Washington y en Quito incendiaron las emisoras que lo pasaron, pues se trataba de una tramoya radial contada con dramatismo real y cierto escándalo. ¿Le recuerda esto a los noticieros y reportajes “investigativos” de Teleamazonas?

Me ahorro de comentar sobre el chupacabras, o el monstruo del lago Ness, o el sascuach en las Rocosas, etcétera, etcétera, etcétera.

Y como es “natural”, por llamarlo así, a este tipo de fenómenos noticiosos, inmediatamente le sale una teoría de la conspiración: Que las torres gemelas fueron destruidas por el propio gobierno de Bush para tener el pretexto de atacar Iraq y Afganistán; que el hombre no pisó la Luna, que fue todo un teatro para dar la contra a los soviéticos; que Gorvachov era un extraterrestre; que Elvis Presley no ha muerto, etcétera, etcétera.

El diario The Washington Post ya publicó que hace seis años aproximadamente, se pronosticó este virus en Estados Unidos en una granja de Carolina del Norte y se lo denomina el virus H1N1 de la gripe porcina, y que con el tiempo degenera virulentamente a la categoría H3N2 (causante de la otra gripe de tipo A que se contagia entre humanos) pero que no se tomaron las medidas correctivas. El caso es que eso pasó de EUA a México debido a las pobres condiciones sanitarias de granjas pecuarias en la frontera gringo-azteca (por esto de los TLCs, que también merman el tema ambiental y laboral), según este criterio. Caso similar sucede en China. Ergo, es una responsabilidad de la globalización capitalista agobiante que presiona a los mercados y granjeros a producir más y más, sacrificando medidas correctivas.

También hay la hipótesis de la coincidencia política: como el gobierno federal en México está combatiendo con relativo éxito al narcotráfico y acusa, de paso, la indiferencia y corresponsabilidad de los gringos por ser los principales consumidores; y la falta de control y hasta corrupción de autoridades policiales estadounidenses. De repente, surge este problema en México.

La crisis económica del neoliberalismo mundial ya casi pasa por alto en los noticieros; los probables conflictos mundiales que se germinan en la frontera de Pakistán y Afganistán están en el congelador. De los cambios climáticos nadie supo nada más, pero ahora los ojos están en México, mientras la guerrilla terrorista del narcotráfico que beneficia económicamente no a los mexicanos ni al sistema financiero de ese país, sino al de países y sistemas del primer mundo, intenta sobrevivir, en detrimento, del turismo y la producción agrícola del que viven millones de mexicanos.

La histeria colectiva ha provocado que miles de pasajeros y vuelos con destino al país azteca o provenientes de allí, sean suspendidos. Nadie quiere o desea viajar a México. El mundo entero se preocupa de esto, hasta que venga otra noticia que no sea una pandemia como el SIDA o el ébola africano que nos ataque de nuevo y nos recuerde que estamos y somos vulnerables… a la fiebre mediática por destruir al mundo, con entretenimiento y usted no salga de su casa, mientras no deje de ver nuestras noticias.

Quiero apostar con ustedes que la noticia del fin de esta crisis sanitaria no tendrá la misma cobertura y espectacularidad, debido a que en su anuncio no habrán muertos de por medio y su fin no generará lágrimas y cumbres presidenciales; porque de por medio estará algún conflicto farmacéutico que intente contravenir el reclamo de los gobiernos de países en desarrollo que exigen producir medicamentos sin las costosas patentes y a bajo costo, por el interés de unos pocos dueños y corporaciones de medicamentos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu eres un noticiero amigo fredy!!. Gracias x esa informacion.-
Sigue Adelante!!

Anónimo dijo...

Claro; podemos publicitarnos